Visita turística a las Bodegas de Aranda

Baco enfermo de Caravaggio.
Galería Borguese, Roma.
Vino color de día,
vino color de noche,
vino con pies de púrpura
o sangre de topacio,
vino, estellado hijo de la tierra,
vino, liso
como una espada de oro,
suave como un desordenado terciopelo,
vino encaracolado
y suspendido,
amoroso,
marino,
nunca has cabido en una copa,
en un canto, en un hombre,
coral, gregario eres,
y cuando menos, mutuo [...]
Oda al vino. Pablo Neruda.

Desde la antigüedad, el vino ha sido una de las bebidas más utilizadas, junto al agua, y la cerveza, en la vida, tanto de grandes personajes como de las personas con menor poder adquisitivo.

Era la bebida que generalmente acompañaba a la comida y en la Edad Moderna, llegó a ser una de las bebidas por excelencia, que todas las clases sociales solían beber, de mayor o menor calidad según el coste que pudieras permitirte para obtenerlo. Esta bebida, ha llegado hasta nuestros días, aunque la manera de elaboración ha cambiado profundamente.

Plano de Aranda datado de 1503.
Imagen cedida por la Bodega don Carlos.
¿Por qué hablo sobre esto? os podéis preguntar. Hace unas semanas, estuvimos por Aranda de Duero, tierra de vinos (como muchos sabréis), de las más importantes a mi parecer que hay en la Ribera del Duero y allí disfrutamos de una visita a dos curiosas bodegas: la bodega don Carlos y la bodega don Ángel, situadas en pleno casco histórico de la ciudad, lo que me sorprendió bastante dada la circunstancia de que a las bodegas que he ido eran grandes bodegas situadas a las afueras de las ciudades.

Estas bodegas, están datadas desde el siglo XII, pero a finales de la Edad Media es cuando llegaron al culmen de su desarrollo en la elaboración de vino pues se han llegado a calcular 130 bodegas. La curiosidad de estas bodegas es que todas se construyeron a la misma profundidad, entorno a los 13 metros, cada una debajo de su propia casa, creando una larga galería cuya distancia era 7 kilómetros, cruzando toda la ciudad.

La profundidad era la propicia pues, a esa altura, existe una capa de arenisca, con una temperatura adecuada (entre 12 ºC y 13 ºC) y con una humedad constante durante todo el año, lo que permitió a los lugareños a elaborar vino. Una elaboración que ha durado hasta los años sesenta del pasado siglo., a pesar de que su Denominación de Origen data desde 1982. Actualmente, aunque ya no sigan elaborando vino, muchas de las grandes bodegas, las siguen utilizando para su conservación.

Diversas cubas a lo largo de una galería.
Imagen cedida por la Bodega don Carlos.
Dentro de cada bodega ponían una serie de cubas (cuya capacidad era de 3.500 litros) en las que elaboraban el vino que debían consumir a lo largo del año. Entre cada nave o cada dos naves, se colocaban unos respiraderos, llamados comúnmente "zarceras", que es por donde se expulsaban los gases durante la fermentación del vino al exterior.

Además de bodegas, estos lugares han sido de gran importancia para la población en los momentos difíciles a lo largo de la historia como por ejemplo durante la Guerra de la Independencia o la Guerra Civil. En estos momentos críticos, los arandinos solían esconderse en las bodegas y al conocérselas como anillo al dedo, podían ser una gran trampa para los invasores.

Actualmente, sólo estas dos se utilizan para la visita turística y la gran mayoría de ellas son de propiedad privadas. Nueve de ellas, se cedieron a las Peñas Taurinas de Aranda, como sede social a cambio de que las cuidaran y reformaran. Según nos dijeron, en las fiestas patronales de las Peñas de Aranda, que se celebran en agosto, al estar todas las bodegas de estas peñas prácticamente abiertas, se pueden visitar gratuitamente, con previo aviso a los miembros de la peña (que estarán celebrando sus propias fiestas), pero que encantados os dejarán pasar.

Escena teatralizada dentro de la bodega don Carlos.
Imagen cedida por la propia bodega.
En mi opinión, la visita a estas bodegas son de visita obligada si vais a recorrer la Ribera del Duero, ya no solamente por haber conseguido en 2011 la M. E. al mejor establecimiento etnoturístico, otorgado por Rutas del Vino de España y CIAVIN, sino porque nos da a conocer cómo se elaboraba el vino en esta ciudad desde el siglo XIV y su forma de conservación al que añaden un toque de teatralización para que sea más amena la visita.

Si la entrada os ha parecido de interés y os gustaría introduciros en el mundo de la enología, podéis visitar la página de la Bodega don Carlos para más información: www.bodegasdearanda.com.
Además, a través del enlace del Ayuntamiento de Aranda podéis navegar y visitar en 360º diferentes bodegas del lugar.

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