Las mejores lecturas en 2013. Ya vienen los Reyes....

Ya vienen los Reyes, con el aguinaldo….¿y libros? Espero que traigan libros. A mí el aguinaldo siempre me ha dado igual desde pequeño. Yo quería libros. Y así mando todos los años a los Reyes Magos interminables listados de libros ilegibles y difíciles de encontrar en muchos casos.

Pero…¿qué pedir? Muchos medios de comunicación facilitan sus propias listas de lo mejor publicado en 2013. Siempre son discutibles, pero también útiles. Se publica tanto que es muy difícil estar al tanto de todo, y si lo estás, tu cuenta bancaria te pone en su sitio.

Mosaico de San Apolinar Nuovo (Rávena, Italia).
Extraña pasión esta de comprar libros que sabes positivamente que tardarás mucho en leer. Ejemplo, doloroso ejemplo de ello. Tengo en mis estanterías, desde hace un año por lo menos, la obra de Luce López-Baralt La literatura secreta de los últimos musulmanes de España. Lo he intentado dos veces, me estaba fascinando, pero obligaciones lectoras relacionadas con el trabajo me obligaron a dejarlo. Y cada vez que lo veo me recuerda mi fracaso como lector, se ríe de mí y de mi incompetencia… este verano nos veremos las caras.

Ahora nuestra lista, que necesita de instrucciones para su comprensión y uso. Empecemos por decir que no será aquello de “los mejores libros de 2013”. No será así porque para empezar no he podido leer todo lo publicado en este año, y es más, hay muchísimo anterior que es necesario leer. Más bien será una lista de “lo mejor que he leído este año y de lo que quiero leer el siguiente”. Subjetiva y limitada como su autor. No me atrevo a recomendar una buena obra de Historia Contemporánea o Arqueología, pues no domino tal campo. En internet tenéis muchos listados que pueden complementar esta exigua lista, como esta que puede ver de EL PAÍS. Curiosamente uno de los libros que muchos recomiendan a mí no me gustó; mejor dicho, no le cogí posiblemente su punto.

¿Debería incluir en mi lista literatura, siendo un blog de historia?  A buen seguro, pero mis incursiones en tal campo son muy  limitadas. Baste decir que mi gran descubrimiento este año fue Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Y ahora la coletilla de muchos ¿No la habías leído? No, reitero que no puedo con todo. En este campo de la Literatura, y de nuevo gracias al trabajo, he tenido que releer a los imprescindibles Montaigne y sus Ensayos, el Fausto de Marlowe, El retrato de Dorian Gray, de Wilde, o Los cantos de Madoror, de El conde de Lautréamot. Este último, que me fascina, me ha llevado a pedir a sus majestades No dejaré  memorias. El enigma del Conde de Lautréamont, de Ruperto Long.  Como se puede ver, esto de la lectura es una  divina “cadena infernal”.

En  Historia, y como ya he dicho, seguimos con evidentes limitaciones, pero os recomiendo este post de Anaclet Pons o esta lista de METAHISTORIA para nutrir aún más nuestras listas.

Comenzamos con la primera recomendación que precisamente es de Anaclet Pons con su obra El desorden digital. Guía para historiadores y humanistas. Obra imprescindible para los tiempos que vivimos y que, como el avispado lector habrá comprobado, hemos utilizado en algunos post de este blog. Otra obra que me ha producido enorme impresión es Haciendo Historia de Elliot, también utilizado este año en el blog. Texto imprescindible. ¿Veis? Preparando el post acabo de encontrarme con otra obra de Elliot que desconocía: El cambio educativo desde la investigación-acción. Esto es una locura. Acabo con Elliot diciendo que he pedido a sus majestades Memoriales y cartas del Conde Duque de Olivares. Política interior 1621-1645, se trata de la reedición de un “clásico básico”, como dice un amigo.

Hablando de clásicos básicos… ¡no me pidáis orden y método!, este año he podido comprar Sotos contra Riquelmes. Regidores, inquisidores y cripojudíos de Jaime Contreras, El mito del Salvaje, de Roger Bartra y tengo pendiente que sus majestades me traigan El regreso de Martin Guerre, de Natalie Zemon Davis. Y ando detrás de El caballero, la mujer y el cura; el matrimonio en la Francia Feudal de G. Duby. Todos estaban descatalogados y su falta en mis estanterías me estaba matando. No hemos acabado con la caza de clásicos descatalogados.

Imposible hacerse con ¿Quién rompió las rejas de Montelupo?, de Cipolla, y Montaillou, aldea Occitana 1294-1324, de Emmanuel Le Roy Ladurie. Aún me duele más no tener un ejemplar de Los benandanti. Brujería y cultos agrarios entre los siglos XVI y XVII [1966], de Carlo Ginzburg y ya, puestos a pedir, ¿qué tal una reedición en condiciones de Historia nocturna del mismo autor? Tengo la edición de bolsillo de Península, pero tan magnífico libro se merece mejor formato. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, otra petición a nuestras amigas las editoriales: la edición en español de Thinking with Demons.The Idea of Witchcraft in Early Modern Europe de Stuart Clark. Vale, vale, lo tengo en inglés, pero su lectura es de lo más complicado y avanzo muy lentamente.

Curiosa foso extraída de Wikipedia. Sus majestades llegan en avión a Barajas en la Navidad de 1962.
Supongo que ahora los pedidos por WhatsApp...
Estoy a punto de comenzar la lectura de El dedo robado. Reliquias imaginarias en la España Moderna, de María Tausitet. Lo he comprado a ciegas, pues esta historiadora nunca defrauda, y a buen seguro será una lectura provechosa. Siguiendo con buenas mujeres investigadoras, muchas y muy buenas, recomiendo los dos libros coordinados por María Jesús Zamora: Japón y España: acercamientos y desencuentros y La mujer ante el espejo: estudios corporales, ambos reseñados debidamente en el blog. Y este apartado no puede olvidarse de la obra Pecados y vicios en la Andalucía Moderna (SS.XVI-XVIII). Un retrato móvil de la vida cotidiana, de María Ruiz Ortiz.

Y hasta aquí…por ahora. Antes de la llegada de Sus Majestades volveremos con otro post con más libros. ¡Esto no hizo más que empezar! 


Feliz entrada y salida de año.

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