Dunkerque: la operación Dinamo contada por Christopher Nolan

El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.
Winston Churchill

Cuando me enteré de que en este 2017 Christopher Nolan iba a firmar una cinta llamada Dunkerque, narrando la operación Dinamo que llevó a cabo la célebre evacuación durante la Segunda Guerra Mundial, no pude menos que emocionarme, puesto que se trata de uno de mis directores predilectos, y todo aquello que tenga que ver con dicho conflicto es uno de mis vicios.

Lógicamente, el primer punto para realizar cualquier crítica sobre la cinta, es documentarse sobre los hechos que narra, y, por tanto, tocó tirar de biblioteca. Especialmente de, como habitualmente, Max Hastings, a través de Se desataron todos los infiernos, ya que resulta particularmente interesante como "tumbamitos". En sus propias palabras:
Las acciones del reducido contingente británico y su escape de Dunkerque han recibido una atención desproporcionada por parte de la historia. Los alemanes tenían por objetivo principal la derrota del ejército francés, que constituía, con diferencia, el obstáculo más formidable de cuantos tenía delante la Wehrmacht. Las fuerzas del Reino Unido representaron un papel secundario, y en particular los primeros días, apenas se atrajo la atención de un número modesto de unidades alemanas de aire y tierra.
Cartel de la película Dunkerque (Sensacine)
El arte de vencer se aprende en las derrotas

Los británicos cuentan a su favor con una visión de si mismos muy favorable, y son en buena medida los historiadores angloamericanos quienes han escrito la Historia de los grandes conflictos del siglo XX; en buena medida, claro, por constituir el bando ganador. Es por tanto uno de los motivos por los que son capaces de vender como una victoria una retirada donde la BEF (British Expeditionary Force) resultó humillada ante el increíble empuje de los ejércitos de Hitler.

Recordemos los hechos de forma breve: el 10 de mayo de 1940, los ejércitos alemanes lanzan una ofensiva contra Francia a través de Bélgica y Paises Bajos. La exitosa estrategia de la Blitzkrieg hace que el día 14 las fuerzas aliadas comiencen a replegarse hacia el canal de la Mancha. 

Los británicos determinaron que su mejor opción era realizar una retirada a través del puerto más cercano, Dunkerque. Rodeada de humedales, la ciudad disponía de antiguas fortificaciones y, contando con la playa de arena de mayor longitud de Europa, permitiría la reunión de grandes grupos. En la zona, con un perímetro de unos 80 km, quedaron aislados británicos, los restos del ejército belga, y parte del ejército francés.

Gran Bretaña lanzó el día 26 la que se llamó Operación Dinamo, para rescatar a los soldados atrapados en las playas de Dunkerque. Pese a la creencia popular, esta operación fue llevada a cabo principalmente por la Royal Navy, quien perdió 6 destructores y sufrió daños en otros 25 durante la operación; ésta se hizo pública a partir del día 29, cuando los primeros voluntarios civiles se unieron a los buques de guerra, dando origen a la leyenda. 

En todo caso, gracias al esfuerzo realizado y a un periodo anormalmente tranquilo de las aguas del canal, el 2 de junio finalizó la operación; en total, se trasladó al Reino Unido a unos 338.000 soldados, de los cuales 229.000 eran británicos, y el resto, franceses y belgas.
Los soldados esperan formando filas para ser evacuados (Daily Mail)
En todo caso, tal como comenta nuevamente Max Hastings:
La leyenda de Dunkerque, como cualquier otro acontecimiento histórico de envergadura, no estuvo exenta de desdoro, y así, un número significativo de marinos británicos se negó a participar en la evacuación, incluidas la flota pesquera de la ciudad de Rye y algunas dotaciones de lanchas de socorro; otros, ya en suelo patrio, se excusaron de volver a zarpar una vez conocidos el caos de las playas y los bombardeos de la Luftwaffe. Aunque las más de las unidades combatientes conservaron su cohesión, no faltaron entre la tropa alteraciones disciplinarias que obligaron a algunos oficiales a echar mano a sus revólveres y aun a dispararlos. Los tres primeros días, los británicos se conformaron con sacar de allí a sus hombres, en tanto que los franceses mantuvieron el perímetro meridional sin que se les permitiera acceder a las embarcaciones. 
Existe también la leyenda de que el ejército alemán dejó escapar a los británicos, con el fin de pactar una paz separada con los mismos. Es una posibilidad que seguramente nunca podrá desmentirse ni confirmarse, pero parece más probable que las causas estén tanto en la necesidad de emplear las fuerzas de choque contra el resto del ejército francés, aún en activo, en lugar de contra uno en retirada, como en la ineptitud de Göring para dirigir la Luftwaffe, que tuvo en este episodio su primer encontronazo serio con la RAF.

El ejército británico salvó en la operación a sus integrantes, incluyendo a los imprescindibles mandos profesionales sobre los que construir nuevas unidades. Sin embargo, dejó atrás 64.000 vehículos, 76.000 toneladas de munición, 2.500 cañones y 400.000 toneladas de provisiones; el ejército de tierra británico tardó años en reponerse de tal varapalo. A esto fue preciso sumar que hubo "otro Dunkerque": tras la rendición de Francia, Gran Bretaña evacuó casi 200.000 militares más desde los puertos del norte de Francia, gracias a que la atención de la Wehrmacht estaba fijada en otros puntos. 

Lo que es innegable es que Churchill, en su primera operación al frente del gobierno, consiguió un gran éxito propagandístico vendiendo la humillante retirada como un prodigio de la logística, la determinación y el espíritu de unidad del pueblo británico, que tanta falta haría en los meses siguientes.
Imágenes de la evacuacion (Royal Scots 1940)
Crítica de la película

Lo bueno que tiene hacer una reseña como esta semanas despues del estreno es que ya cuenta uno con no hacerle spoiler a nadie. En todo caso, si alguien no la ha visto y quiere mantener la intriga (más allá, claro, de los hechos históricos), está a tiempo de retirarse, no me ofendo.

Lo primero es la impresión general de la película; se ha dicho que es la mejor película bélica de la historia, o la mejor película de Nolan. Discrepo de ambas afirmaciones. En el caso de la primera, porque a duras penas se la puede considerar una película bélica más allá del trasfondo. En el segundo, porque siendo una película muy buena, en mi opinión el señor Nolan ha firmado cosas aún mejores.

Igual alguien se está preguntando qué quiero decir con lo de que apenas puede considerarse una película bélica. No en vano, Nolan ataca por tierra, mar y aire, con tres historias convergentes (como siempre, magistral su sentido del tiempo), cada una con su propio ritmo. Pero, realmente, considero que es más una historia de terror ambientada en un episodio bélico (de modo similar al que la clásica Alien, el octavo pasajero es esencialmente una historia de terror ambientada en una estética de ficción científica). ¿Por qué? A mi entender hay varios motivos.
  • Se trata de una historia de supervivientes, y de los que intentan ayudarles a sobrevivir. Apenas hay momentos de combate, y son de pequeña escala (nada ni remotamente parecido al desembarco de Salvar al soldado Ryan, la continuidad de combates aéreos de La batalla de Inglaterra o momentos épicos como el Panzerlied de la floja La batalla de las Ardenas). Los soldados que esperan en Dunkerque están mucho más preocupados de escapar como sea que de grandes gestas. Tal vez la única parte de la historia que realmente mantiene una estética y una narración bélicas al uso es la de los aviadores.
  • No vemos nunca al monstruo, aunque sabemos que está ahí. Los ejércitos alemanes no aparecen en escena, aunque sabemos que tienen rodeados a los derrotados británicos. Se dejan notar a través de disparos, torpedos, ataques aéreos... pero no podemos ver jamás el rostro de los escasos alemanes que llegamos a ver, difuminados, o a bordo de sus aviones.
  • La música. Desasogante, gracias al aprovechamiento de la paradoja de Shepard por parte de Hans Zimmer, autor de la banda sonora. Omnipresente en toda la película, y en muchos momentos basados en un tictac que refuerza la sensación de opresión y de cuenta atrás.
Más allá de que nos pongamos puristas con su catalogación, hay algunos puntos realmente destacables de la película, además de los ya citados. Visualmente es un acierto total, y recoge perfectamente el espíritu que transmiten las fotografías tomadas durante la evacuación.
Comparativa entre un fotograma de la película y una fotografía real de la evacuación (ABC.es
¿Recoge fielmente la historia de aquellos días? En algunos puntos perfectamente, como la angustia por los soldados atrapados, el espíritu de sacrificio y ayuda demostrado por muchos de quienes acudieron en su rescate, algunos de los actos no muy nobles llevados a cabo por quienes sólo buscaban sobrevivir y cómo Churchill consiguió convertir la humillante derrota en victoria propagandística.

¿Carencias? También algunas. Por ejemplo, da la impresión de que no hubo apenas navíos militares implicados, o que la Luftwaffe atacaba con lo justo y esporádicamente. Desde Francia también se ha declarado que se ningunea su presencia en aquel episodio, defendiendo el perímetro asediado, lo cual es históricamente correcto. Igualmente, se ha criticado también la ausencia de soldados de otras razas, procedentes de las colonias.

En todo caso, y entroncando con lo que decíamos al principio de que los angloamericanos son los grandes narradores de la Segunda Guerra Mundial, lo son para bien y para mal. Aunque Francia tenga razón con los datos en la mano, Dunkerque siempre será un episodio de la historia británica (en este sentido, la verdadera ausencia en el film no es el ejército de Francia, sino la de las tropas coloniales del Imperio Británico). Si queremos otra visión en la gran pantalla, no lloremos porque cuentan con mejores medios y los ponen a servicio de su visión, intentemos igualarles. Claro que hay mucho camino que recorrer para poder presentar productos que igualen esta producción.
¿La última retirada británica de Europa? (Fe de Ratas)

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